
Historia
de la Psiquiatría
BLEULER,
EUGENE (1857-1940)
(em
espanhol)
Eugene
Bleuler nació el 30 de abril de 1857 en Zollikon, en
las cercanías de Zurich, ciudad en donde hizo sus estudios,
antes de iniciarse en la psiquiatría durante dos años,
desde 1881, en el servicio de Schaerer, del Hospital
de Waldau, cerca de Berna. Completó su formación en
París, con Charcot y Magnan, después en Londres y Munich,
en el Instituto Von Gudden, para terminar con un año
de internado en el servicio de Auguste Forel, en la
clínica universitaria del Burghölzli, en Zurich, hasta
el punto de que en 1886 el gobierno lo nombró director
del Asilo del Rheinau, creado en 1867 en un antiguo
convento para dar cabida a los alienados "incurables".
Permaneció doce años en este viejo hospital, en el que
se preocupó por reformar las estructuras y vivió en
contacto estrecho con sus pacientes, y sin duda esta
experiencia prolongada en un establecimiento que albergaba
a muchos enfermos crónicos lo hizo sensible al problema
de la demencia precoz.
En
1898, Forel dejó la cátedra de psiquiatría de Zurich
y, contra el parecer de la facultad, las autoridades
cantonales designaron a Bleuler para sucederlo. Su trabajo
en el Burghölzli, donde permaneció hasta su retiro en
1927, lo convirtió en uno de los lugares más renombrados
de la psiquiatría mundial. Contentémonos con citar,
de entre los que fueron sus ayudantes, los nombres de
Karl Abraham, Binswanger, Carl Gustav Jung o Eugène
Minkowski. Bleuler murió el 9 de febrero de 1940.
Es
cierto que en el pensamiento psiquiátrico de Bleuler,
especialmente en su concepción dinámica de las psicosis,
influyeron las teorías de Freud, con quien lo ligaron
lazos de amistad, pero aunque haya sido, durante un
breve lapso, codirector del Jahrbuch für psychoanalytische
und psychopathologische Forschung, revista creada por
Freud en 1908, sin embargo jamás se comprometió a fondo
en el movimiento psicoanalítico y, a partir de 1910,
las relaciones entre los dos hombres, sin que hayan
llegado a romperse, se tornaron distantes.
Fue
la aparición en 1911, con la firma de Bleuler, en el
marco del vasto Tratado de psiquiatría de Gustav Aschaffenburg,
del texto titulado Dementia praecox oder Gruppe der
Schizophrenien en el que demostró que la demencia precoz
de Kraepelin (su exacto contemporáneo, lo mismo que
Freud, recordémoslo) no constituía una sola enfermedad,
sino más bien un conjunto de afecciones que tenían caracteres
comunes, lo que le dio definitivamente fama a este autor.
Había nacido el término esquizofrenia, pero además del
mismo, un nuevo enfoque dinámico del trastorno: en efecto,
Bleuler quiso significar con este neologismo (sc…xein:
hendir, escindir), que lo que para él constituía el
síntoma fundamental de la enfermedad era precisamente
la escisión, la "disociación" del psiquismo:
"He llamado esquizofrenia a la demencia precoz
porque, como espero demostrar, la dislocación (Spaltung)
de las diversas funciones psíquicas es uno de sus caracteres
más importantes." En el punto de partida de la
enfermedad, según él, se encuentra un trastorno, probablemente
orgánico, al que corresponden los síntomas que él llama
"primarios", en primera fila de los cuales
se encuentra una "disociación" entre las diferentes
instancias psíquicas, tales como la afectividad, la
voluntad, la inteligencia o las capacidades de razonamiento.
A partir de esta "disociación" se producen
otros síntomas, "secundarios", psicógenos
ahora, que son una "reacción del alma enferma"
ante el proceso morboso, para culminar en la ruptura
delirante y hermética del contacto con la realidad,
lo cual constituye el autismo, que es otra innovación
de Bleuler.
En
cambio, Bleuler no introdujo en su concepto criterios
evolutivos específicos, lo que le permitió vincular
con la esquizofrenia diversos estados agudos y lo condujo
a adoptar la idea optimista de remisión, de curación,
y aun de impactos terapéuticos posibles, en oposición
a la teoría kraepeliniana del debilitamiento prematuro
e ineluctable.
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