
Historia
de la Psiquiatría
PINEL,
PHILIPPE (1745-1826)
(em espanhol)
Considerado
el fundador de la psiquiatría en Francia, Philippe Pinel
nació el 20 de abril de 1745 en una familia de médicos,
en Jonquières, cerca de Castres (Tarn). Hizo sus estudios
clásicos en el colegio de Lavaur, y luego los religiosos
en el de la Esquille en Tolosa. Pero pronto dejó la
sotana para estudiar medicina, también en Tolosa, donde
se recibió de "doctor" el 21 de diciembre
de 1773, a los 28 años de edad. Desde el año siguiente,
partió rumbo a Montpellier, para perfeccionarse en el
arte médico. Conoció allí a Chaptal siendo estudiante
aún, y estudió la nosografia de Boissier de Sauvages,
además de seguir las enseñanzas de Barthez. No presentó
una nueva tesis, pero sí redactó varias harto mediocres
que vendía a estudiantes más ricos pero poco escrupulosos.
En 1778 fue a París con la esperanza de hacer carrera.
Pero sus comienzos en la capital fueron bastante modestos:
sobrevivió gracias a lecciones particulares de matemáticas
y la redacción de artículos médicos de circunstancias.
Esta actividad de periodista le permitió asumir en 1784,
la dirección de la Gazette de Santé, que le pasó
J. Paulet. Tradujo las medicina práctica del
escocés Cullen en 1785, obra que copió ampliamente en
su Instituciones de futura philosephique.
En 1788, hizo una nueva edición comentada de las Œuvres
Médicales de Nosographie Baglivi. Al principio
no ejerció la medicina de clientela. Solo desde 1786
trató a algunos enfermos mentales en el manicomio del
señor Belhomme sito en la calle de Charonne y reservado
a pacientes de dinero. Como en el Antiguo Régimen no
le fue muy bien que digamos (sus diversos intentos académicos
y su anhelo de obtener un cargo de médico de "Mesdames"
las tías del rey Luis XVI, habían terminado en fracasos)
siguió con entusiasmo el movimiento revolucionario de
1789. Sin embargo, se volvió burgués "moderado"
cuando llegó el Terror, durante el cual se hizo nombrar,
gracias a Thouret, que lo apreciaba, médico en el hospicio
de Bicêtre. Desempeñó estos cargos desde el 11 de septiembre
de 1793 hasta el 29 de abril de 1795. Fue en el "séptimo
empleo" reservado para los insanos donde observó
el trabajo del celador Pussin y comprendió la importancia
del tratamiento moral en su dimensión institucional.
En aquel lugar dantesco, que sirvió de escena al famoso
mito de la liberación de los alienados de sus cadenas,
al parecer se contentó con un papel de observador prudente,
dejando a su celador las iniciativas terapéuticas y
administrativas más numerosas. Ferviente partidario
de la reacción thermidoriana, siguió su destino triunfal.
Nombrado profesor adjunto de física médica y de higiene
en la nueva Escuela de Salud de París, el 14 de diciembre
de 1794, sucedió desde el año siguiente a Doublet en
la cátedra de patología interna (médica). Fue, desde
el 18 de mayo de 1795, médico jefe en la Salpêtrière
donde prosiguió su carrera hasta su muerte. Miembro
del Instituto en 1803, formó parte de la primera hornada
de los condecorados con la Legión de Honor creada por
Napoleón, que en 1805 lo nombró "Médico Consultor
del Emperador". Sirvió al Imperio, y después a
la Restauración que lo condecoró con la Orden de Saint
Michel en 1818. A pesar de su oportunismo político,
fue destituido en 1822 de su cargo de profesor por el
ministerio a cargo de Corbière. Los últimos años de
su vida se vieron ensombrecidos por esta destitución
y por los despilfarros de sus hijos Scipion y Charles,
cuyas numerosas deudas pagó. Reblandecimientos cerebrales
sucesivos, a partir de 1823, lo sumieron poco a poco
en la demencia arteriopática, de lo que murió el 25
de octubre de 1826.
Ante
todo, Pinel figura en la historia de la medicina como
nosógrafo y clínico. Desde la primera edición de su
Nosographie philosophique ou Méthode de l'analyse
appliquée a la mèdecine, aparecida en 1798, claramente
más inspirada por Cullen que por Bossier de Sauvages,
el médico de la Salpêtrière basó su clasificación de
las enfermedades menos sobre los síntomas que sobre
los órganos lesionados. Esta se apoyó en el método analítico
aportado por naturalistas como Linneo, Daubenton, Jussieu,
y por anatomistas comparados como Cuvier. Ejerció influencia,
quizá exagerada, sobre el desarrollo de la anatomía
patológica, de la que los trabajos de Xavier Bichat
representaron la primera etapa francesa, pues en Inglaterra
Hunter y sus sucesores estaban ya considerablemente
adelantados en este campo. Para las "vesanias"
o enfermedades mentales, Pinel siguió el orden establecido
por Cullen, resintiendo evidente malestar al hacerla
ingresar en la nosografía médica.
Por
lo demás, presentó una clasificación muy diferente de
las vesanias en su célebre Traité mèdico-philosophique
sur l'aliénation mentale, cuya primera edición (1801)
se centró en torno a la "manía", enfermedad
mental que para Pinel fue el modelo más típico y más
frecuente. En primer lugar, reconoció que las causas
de la alienación eran o bien ''predisponentes"
(en gran parte hereditarias) o bien "ocasionales"
(papel importante de los sucesos externos y de las emociones
violentas). Pero Pinel no creyó en la organogénesis
cerebral directa; pensó que las lesiones cerebrales
eran graves y que acarreaban trastornos serios en el
plano vital, y definitivos. Mediante el concepto por
demás ambiguo de "simpatía", considero que
los trastornos mentales eran consecuencia de afecciones
viscerales, provocadas estas, a su vez, por las emociones
y las pasiones. En cierta manera, se trataba de una
teoría periférica de las emociones que prefiguró a las
de James y de Lange. Los discípulos de Pinel, Esquirol
y sobre todo Georget, criticaron esta concepción confusa
de una especie de órgano génesis secundaria. Y es que
su maestro se situó, en el plano filosófico, en la encrucijada
de un empirismo sensualista heredado de Condillac, del
materialismo por demás simplista de Cabanis, y de las
corrientes espiritualistas, de las cuales el biranismo
representó el resurgimiento, en pleno confusionismo,
de la frenología naciente. Revisada en la segunda edición
de su Traité médico-philosophique (1809), que
ya no llevaba el subtítulo de "La manía",
su clasificación de las enfermedades mentales se realizó
finalmente en el nivel del comportamiento, yendo desde
la perturbación psíquica más ligera hasta la mas grave.
De tal modo, comienza por la simple melancolía o delirio
parcial "dirigido sobre un solo objeto" que
antecede a la manías o delirio generalizado con su forma
particular de "manía furiosa sin delirio".
Después vienen la demencia o debilitamiento intelectual
generalizado: "No hay juicio ni verdadero ni falso;
las ideas parecen estar aisladas y en verdad, vienen
unas después de otras, pero sin que exista la menor
asociación entre ellas..." Por último, tenemos
el idiotismo, grado último de la vesania, "abolición
total de las funciones del entendimiento". El idiotismo
que puede ser de nacimiento o adquirido se convertirá
ulteriormente en la "demencia aguda" con Esquirol,
en la "estupidez" con Georget y en la "confusión
mental primitiva" con Chaslin.
Pinel,
pragmático antes que nada, ejerció influencia considerable
sobre la organización del tratamiento de los alienados.
Aunque haya desarrollado el "tratamiento moral"
ya aplicado por los médicos ingleses, al demostrar que
hay siempre en el alienado trazas de razón que permite
restablecer en una especie de alianza terapéutica, el
diálogo interrumpido por la locura, se interesó sobre
todo en la reglamentación de la institución hospitalaria
psiquiátrica a la que se llamaría "asilo".
Se puede comprobar que la segunda edición de Traité
médico-philosophique comprende más de doscientas
páginas nuevas dedicadas a exponer su experiencia institucional
en Bicêtre y sobre todo en la Salpêtrière. Demostró
la importancia de las relaciones con el ambiente familiar,
el medio, los otros enfermos, en el desencadenamiento,
la persistencia, el agravamiento de la enfermedad mental.
Hizo hincapié en la disciplina, la regulación de la
vida de los enfermos, su clasificación rigurosa, el
aislamiento de los más peligrosos. Insistió en la necesidad
de que el médico participase en la administración hospitalaria.
Los tratamientos medicamentosos tuvieron para él sólo
importancia secundaria. El médico alienista tenía que
ser ante todo observador y director que organizase y
reformase constantemente la red de relaciones en su
servicio. Puede decirse que Pinel, con tales concepciones,
y por intermedio de su discípulo Esquirol, fue el verdadero
precursor de la formulación de la reglamentación psiquiátrica,
que encontró su marco legal definitivo en la ley promulgada
en Francia el 30 de junio de 1838, menos de doce años
después de su muerte.
Algunos
enlaces relativos a Pinel
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